Nada es más reconfortante que ese primer bocado de tarta de frutillas: la textura crocante de la masa, la cremosidad de la crema pastelera y el jugo vibrante de las frutillas frescas. Este postre no solo deleita el paladar, sino que evoca momentos compartidos en familia, tardes tranquilas con café o celebraciones sencillas.
Lo mejor es que preparar esta tarta en casa es más fácil de lo que crees, y con ingredientes que seguramente ya tienes en tu cocina. ¡Sigue leyendo para descubrir cada paso, consejos útiles y cómo lograr la tarta perfecta!
Ingredientes
Para la masa:
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200 g de harina de trigo
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100 g de mantequilla fría (puede usarse margarina, pero la mantequilla aporta mejor sabor)
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50 g de azúcar
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1 huevo
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1 pizca de sal
Para el relleno:
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500 g de frutillas frescas (si están muy maduras, mejor)
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300 ml de crema pastelera (más abajo está la receta)
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50 g de azúcar
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Jugo de medio limón
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Mermelada de frutillas (opcional, para dar brillo)
Para la crema pastelera:
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500 ml de leche
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4 yemas de huevo
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100 g de azúcar
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40 g de maicena
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1 cucharadita de esencia de vainilla
Preparación Paso a Paso
1. Preparar la masa:
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Precalienta el horno a 180 °C.
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En un bowl grande, mezcla la harina con la sal y el azúcar.
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Agrega la mantequilla fría en cubos; trabaja con las manos o con un cortapastas hasta que la mezcla tenga textura de migas.
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Incorpora el huevo y mezcla hasta obtener una masa homogénea. Si está muy seca, añade apenas una cucharadita de agua fría.
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Forma una bola, envuélvela en film transparente y refrigera por 30 minutos.
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Pasado ese tiempo, estira la masa con un rodillo sobre una superficie enharinada y colócala en un molde enmantecado para tarta.
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Pincha la base con un tenedor para que no se infle durante el horneado.
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Hornea entre 15 y 20 minutos, o hasta que esté dorada. Retira del horno y deja enfriar.
2. Hacer la crema pastelera:
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En un bowl, bate las yemas con el azúcar hasta que la mezcla esté pálida.
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Agrega la maicena y mezcla bien para evitar grumos.
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En una cacerola, calienta la leche con la esencia de vainilla hasta que empiece a hervir suavemente.
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Vierte un poco de la leche caliente sobre la mezcla de yemas para temperar (esto evita que las yemas se cocinen de golpe), luego regresa todo a la cacerola.
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Cocina a fuego medio, revolviendo sin parar, hasta que espese bien.
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Retira del fuego, cubre con film plástico tocando la superficie de la crema para evitar que se forme costra, y deja enfriar.
3. Montar la tarta:
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Lava bien las frutillas y córtalas en mitades o láminas, según tu gusto.
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En un bowl, mezcla las frutillas con el azúcar y el jugo de limón; déjalas reposar unos minutos para que liberen su jugo y su sabor.
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Rellena la base de tarta con la crema pastelera ya fría.
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Coloca las frutillas sobre la crema, decorando según prefieras (círculos, filas, patrón libre).
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Si deseas un brillo especial, pincela las frutillas con mermelada de frutillas calentada.
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Refrigera al menos una hora antes de servir para que todo tome cuerpo y se integren los sabores.
Consejos y Variaciones
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Sirve la tarta bien fría; mejora mucho acompañada de café o té.
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Para decoración, unas hojas de menta fresca le dan color y aroma.
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Puedes prepararla con un día de anticipación, manteniéndola en el refrigerador cubierta con film.
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Si sobra, guárdala hasta 2 días; la fruta fresca puede soltar algo de líquido, por eso es mejor consumir pronto.
Variaciones posibles:
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Versión sin gluten: sustituyendo la harina de trigo por una mezcla sin gluten o harina de arroz.
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Opción vegana: usa margarina vegetal, leches vegetales (almendra, avena), y mezcla un sustituto de yemas como fécula de maíz o preparados veganos.
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Más frutas: agrega arándanos, moras o kiwi junto con las frutillas.
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Base rápida: usa masa quebrada comprada o base de galletas trituradas con mantequilla tipo cheesecake.