Hotel termas de Cacheuta

El Gran hotel de Termas de Cacheuta contemporáneo de Puente del Inca, fue un escudo de las vacaciones de la alta burguesía a principios del siglo XX a raíz de que el ferrocarril pudo superar la barrera de los Andes. Cacheuta sigue vigente más allá de las inundaciones y las diferencias de aquella época.

Durante la Primera Guerra Mundial, entre 1914 y 1918, este hotel vivió su encanto ya que fueron tiempos donde las personas se vieron en la obligación de tomar nuevos rumbos, fuera del conflicto bélico mundial. La alta sociedad porteña y cordobesa, habituada a vacacionar en Europa, conformados por el presidente de la Nación, escritores, artistas, y otros, asistieron a este sitio.

Se continuó frecuentando este hotel hasta el 11 de enero de 1934, cuando se presentó una inundación inmensa, destruyendo así una gran parte de las instalaciones.

Previamente a este temporal, los diarios de la época y el Libro de Oro de Cacheuta mencionan la visita de los presidentes, tales como Julio Roca, Victorino de la Plata, Juárez Celman y Mariano de Alvear. Además, se mencionaban también a los apellidos patricios que eran concurrentes del sitio como los de Uriuru, Bioy Casares, Pueyrredón, Mitre, Elizalde, Avellaneda, Alzaga Unzué, Amuchástegui y Montes de Oca.

Adolfo Bioy Casares fue quien más conmemoró algunas vacaciones de niño en las termas y las definió como “La frívola Cacheuta, arrasada por el antiguo feroz torrente”.

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Aguas termales Cacheuta

Su historia es muy antigua, como así también sus aguas curativas. Se registra que anteriormente era tierra de los indios huarpes. Gracias al desarrollo del mando Inca hacia el sur, se incorporaron al imperio. Desde ese momento, los que estaban enfermos se trasladaban desde Cuzco para utiliza los vapores y baños en las fuentes termales que se desarrollaban a lo largo de la cordillera de Los Andes. Sus aguas tenían un fin sagrado. Posteriormente, los conquistadores los denominaron “Baños de la punta del Río”.

Se cree, por una leyenda del lugar, que los indios consiguieron en valor oro un porcentaje del rescate, que luego Pizarro los exigió tras tomar de rehén al Inca Atahualpa. Inclusive esta tradición popular está en algunas narraciones modernas.

Posteriormente, las termas fueron escogidas por José Félix Aldao, quien era el Fraile General y, también, el líder del bando Federal de Mendoza.  Se dirigía a este sitio en el 1830 para hacer baños beneficiosos para su salud.

Desde 1870, los viajes a Cacheuta fueron menos seguidos. Los viajes se realizaban en lomo de mula o carreta desde la capital de Mendoza. Se tardaba dos días en llegar. Se hacían pozos en la arena para aprovechar el agua. Estos huevos luego desaparecían cuando el verano terminaba, bajo el agua del río.

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Gentileza de Hotel Termas de Cacheuta

El Gran Hotel termas de Cacheuta y el avance tras el Ferrocarril Trasandino

Al llegar el Ferrocarril Trasandino, de Buenos Aires al Pacífico, se hizo un cambio en esta zona. La economía regional se mecanizó. Se promovió la actividad turística y las industrias relacionadas. Así, el paisaje de la montaña se estrechó con la recreación y el placer, contexto donde no era pensado en siglos anteriores frente al peligro, fuera de las comodidades, alejado de todo lo que se plantearía a partir de ese momento en el turismo de termas.

Actualmente, el complejo posee una instalación inigualable. Posee un spa y un parque de agua especial para pasar el día. Están equipados con una moderna tecnología de hidroterapia.

Gracias a su ionización negativa del aire ayuda a relajarse y otorga un plus de energía que aumenta el rendimiento corporal y psíquico.

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